Félix Espoz. Madrid
José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), señala que los hechos más relevantes de 2011 son la aprobación del programa de formación de la especialidad y el reconocimiento del papel que estos profesionales están jugando en la sostenibilidad del sistema, y argumenta que “la Administración debe ser sensible a la necesidad de ahorro, y este vendrá en la medida en que se apoye a los servicios de Farmacia”.
¿Cuáles son los hechos más importantes que han ocurrido en la Farmacia Hospitalaria durante 2011?
Uno de los hechos más relevantes ha sido la aprobación por parte del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud del programa de formación para especialistas en Farmacia Hospitalaria. Aún no ha sido publicado, pero esperamos que para este año entrante lo sea, ya que es el fruto del trabajo de tres años de la Comisión Nacional de la especialidad. Es muy importante para nosotros la actualización de conocimientos y mantener nuestro plano de competencias de cara a los nuevos retos profesionales y terapéuticos que están llegando al mundo del medicamento en el hospital.
Por otra parte, es importante el reconocimiento de la Farmacia Hospitalaria y su papel en la contribución a la sostenibilidad del sistema, principalmente a través de la dispensación de medicamentos en las unidades de pacientes externos y con las medidas de evaluación y selección de medicamentos y de eficiencia que venimos poniendo en marcha los diferentes servicios de farmacia, en este último año de forma más intensa.
¿Qué tanto ha afectado la crisis?
La Farmacia Hospitalaria ha sido de los servicios clínicos que más preocupación ha tenido a lo largo de estos últimos años con la idea de la sostenibilidad del sistema y ha venido reivindicado la necesidad de establecer criterios que permitieran, a la hora de evaluar los fármacos, introducir elementos de farmacoeconomía como coste-efectividad, y ser rigurosos con el presupuesto.
En este sentido, la Farmacia lleva desarrollando diferentes estrategias desde la propia evaluación de los medicamentos y la selección basada en coste-eficiencia hasta el desarrollo de sistemas de distribución de medicamentos y el seguimiento de la farmacoterapia que se aplica a los pacientes para hacerla lo más eficiente posible.
La Farmacia lo que ha hecho en esta época de crisis es trabajar más intensamente en estas medidas de eficiencia, pero, sobre todo, hemos observado un cambio de perfil en los profesionales médicos, que ahora son más sensibles a esta preocupación por la sostenibilidad y que se han alineado de forma decidida a las estrategias que se han venido estableciendo desde la Farmacia Hospitalaria.
¿Qué retos le esperan a medio-largo plazo a la Farmacia Hospitalaria?
Los retos los tenemos establecidos en el Proyecto 2020. Para nosotros son importantes la mejora de la capacidad organizativa, la aplicación de los principios basados en la evidencia a la hora de aplicar la farmacoterapia a los pacientes de forma individualizada, incorporar los mayores elementos de seguridad y gestionar el riesgo para evitar iatrogenia a los pacientes. Esto junto a todo el desarrollo de una individualización a través de la farmacogenética y farmacocinética.
Además, la necesidad del propio colectivo de la mejora de sus competencias y, por tanto, de formación continuada, y trabajar en lo referente a la investigación que tanto ayuda a la mejora de la farmacoterapia.
¿Están preparados los servicios de Farmacia para acometer estos cambios? ¿Las diferencias autonómicas de gestión y recursos podrían condicionarles?
Creo que lo que se ha puesto de manifiesto en los estudios económicos que se han realizado es que por cada euro que se invierte en recursos humanos o en estructura en los servicios de Farmacia, estos son capaces de ahorrar cinco euros al conjunto del sistema en el proceso farmacoterapéutico. Creo que en estos momentos la Administración tiene que ser sensible en una época de crisis a las necesidades de ahorro y estos vendrán en la medida en que se apoye con recursos humanos, con tecnología a los servicios de Farmacia.
Cuando el tema económico es tan importante se precisa más que nunca un apoyo a los servicios de farmacia para que contribuyan de una forma eficiente a la sostenibilidad del sistema sanitario.
¿Qué se puede esperar, o qué sería deseable esperar del nuevo Gobierno?
Es prioritario desarrollar un pacto de estado y la Ley de Garantías y Cohesión del Sistema Sanitario. En estos momentos la cartera de servicios y, por supuesto, los medicamentos que se incluyen dentro de la misma, debe ser lo más homogénea posible entre las comunidades autónomas, para evitar diferencias en el acceso a los medicamentos y, por tanto en la equidad, en cuanto a resultados de la farmacoterapia.
El Ministerio de Sanidad ha publicado una serie de estudios sobre las necesidades del sistema de especialistas y enfermería, en los que no hace ninguna referencia a la Farmacia Hospitalaria. ¿Cómo lo valora?
Fue un proyecto específico para especialidades médicas y no para especialidades farmacéuticas. Entendemos que las prioridades del Ministerio en cuanto a la adecuación de la formación pasaban por muchas especialidades médicas por el plan formativo y la troncalidad. Creemos que el número de especialistas de Farmacia Hospitalaria se ha mantenido a lo largo de estos años y responde a las necesidades del sistema y, por tanto, ahí no hay que hacer grandes ajustes. Y, en segundo lugar, la especialidad es única y no existe ningún proceso de troncalidad. No era necesario un estudio de este tipo.
Viene a poner de manifiesto que la especialidad de Farmacia Hospitalaria, tal y como está y como el número de especialistas que se forma, es una especialidad muy consolidada.
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